lunes, 25 de noviembre de 2013

La verdad jamás pronunciada

Lo sabía. De hecho, siempre lo supe. Que era demasiado bueno para ser verdad. Que esto no duraría. Que la vida no es así. La vida no es generosa. No puedes amar a alguien, ni puedes sentirte atraída por alguien, la vida te envidia eso. Te quita todo y se ríe en tu cara. Te traiciona.
The broken circle breakdown

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Olfato

Es algo así como una leve punción en el espacio entre el estómago y el corazón. Digamos un chiquito más abajo que el plexo solar. Ahí justo se siente un tironcito. Éste se conecta directamente con el cerebro y esa combinación dispara la alarma de la experiencia. Tanta vuelta para plantear que hoy no sé si es bueno o malo este tema de saber lo que se avecina. Existen ciertas situaciones nuevas, frescas e inmaculadas que, pasado un tiempito, ya empiezan a emanar señales de déjà vu. Ahí comienza la sensación amarga, esa que decide socavar desde el punto mencionado y va tomando todo el espíritu. Esa precisa seguridad de que esto también va rumbo a eso. Esa eterna película que se repite. Sí, es así... va a pasar eso... otra vez... así es... vuelve a repetirse como el día de la marmota... Tu terquedad y pensamiento mágico tratan de no doblegarse. Siguen insistiendo con que no, que te equivocás, que esta vez será diferente. Pero tu yo lee la sensación clara del plexo y sabe que ahí está la verdad. Sí, definitivamente va volver a pasar, tiene todas las señales que ya conocés, los contornos ya vistos, los vacíos inconfundibles. Sí, indefectiblemente. Esto también va rumbo a eso.

jueves, 14 de noviembre de 2013

Rapto

"Somos hijos del rigor
más la cuerda aprieta el cuello
más perverso es el consuelo.
Un morbo que crece,
crece, crece hasta el cielo.
Quedate"
                            (Gustavo Cerati)
                                      (clic)

domingo, 3 de noviembre de 2013

Chico dandy

Pero mirá que insistís ¿eh? Y dale que dale... estás gastando mucha energía, pibe, demasiada. En la vida, corazón de sandía, uno es lo que es y ya está. No es tan grave. A ver, vos querés demostrar ser un muchacho de barrio, de tablón, pero realmente irradiás platea preferencial con separador de acrílico antibalas, preciosura. Date cuenta... aceptalo, hay ciertas características que no te caben, y está bien, es lo que sos, no reniegues por eso. Vos me querés convencer cada tanto de que sos del palo, y de que porque alguna vez en tu vida hiciste un pogo, hablamos el mismo idioma. No, lindura, no hablamos el mismo idioma. Lo acepto, sos nacido y criado en el conurbano y te gusta el fútbol, pero eso no alcanza. De hecho el barrio citadino al que te mudaste dice mucho de ti, corazón de rododendro; y tu equipo de balompié, si te sincerás, es bastante chetito. ¿Te miraste en un espejo, bombón? Sos un rubiecito de ojitos claros, todo prolijito, tenés mejores manos que yo y sos así todo mantequita. Hasta tu actitud es de edulcorante: medio histérica, que sí que no; que te hacés el macho alfa y después te sobreviene el emo con lactobacillus. Me nace ponerte una peluca con extensiones y hacerte desfilar mientras te tiro milanesas de soja. Te falta choripán en la vereda, hermoso... y ambos sabemos ya que no pasás del pancho con mostaza y mayonesa. En McDonalds pedís el McPollo, y los cubiertos median entre vos y una napolitana a la piedra. No te lo tomes a mal, a mí todo esto no me espanta, lo que me incomoda un poco es que te esmeres tanto por contradecir tu esencia. Y lo que me infla aún más es que sigas empecinado en hacérteme el grosso. Andá... subite al taxi, que yo espero el bondi.

sábado, 2 de noviembre de 2013