La
persona sorete es aquella que existe en el mundo para enmierdarte la
vida. La persona sorete, así nomás, no posee la destreza humana de
notar lo mierda que es contigo. Y claro, porque la persona sorete ni
siquiera advierte que existe alguien más allá de su diarreico
ombligo. O, tal vez, sí... sabe que existen otros en el mundo y
hasta incluso nota que existís vos, pero se pasa a uno por uno por
el traste. Si total, el resto sólo es un bonito bonito papel para
limpiar la cagada misma que va dejando a su paso. La persona sorete
abre la boca y expulsa palabras flatulentas que se desvanecen por fin
apestando el aire que respiramos. Dichas palabras cumplen la función
de gasificar su personalidad, inflándola al punto de la perfección,
para luego estallar, enterrándote en mierda hasta las pestañas. La
persona sorete te constipa la perspectiva. A su alrededor olés
jazmín, pero no pasa mucho tiempo para que la pestilencia se abra
paso y te acomode las piezas del cuadro. La persona sorete
justificará su accionar excrementicio argumentando que todo conspira
contra sí, deslindándose de ese modo de cualquier tipo de
responsabilidad residual. La persona sorete defecará oraciones hediondas que de ningún modo se corresponderán con un accionar y que
jamás se transformarán en algo concreto. La persona sorete te caga
el día o los días o las semanas o los años y sólo saldrá de tu
vida si la lucidez hace fuerza y te ayuda a abrir las compuertas de
lo desechable para evacuarla para siempre y de una vez por todas.
Yo evacué uno de esos hace poco, por suerte, venía de tránsito muy lento!!
ResponderEliminarFuerza y determinación... parece el nombre de un partido político, pero no. Es lo que hace falta para expulsar los des-hechos. Beso.
Eliminargenialmente, genial.
ResponderEliminarY voy a terminar afiliándome a Autodeterminación y Libertad, está escrito...
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