jueves, 12 de septiembre de 2013

Bajos instintos

Existen cosas bastante extrañas en los hombres que me generan ternura. Una de ellas es cuando usan los cordones de las zapatillas estilo Topper muy ajustados, casi que se juntan las dos hileras de ojales, y los cordones en un moño largo largo caen por los costados. No sé por qué deformidad de mi psiquis, pero me da ternura y ya. Hay algo de inocencia, no sé. Hoy, parada en el medio del colectivo, no pude quitarle la vista de encima a un par de pies con las características antes dichas. Miro miro miro miro hasta que escucho: ¿Me estás mirando las zapatillas? Levanto la vista y veo unos ojos preciosos, no por el color sino por la forma y las pestañas. Contándote los ojales, respondo. Él, ¿cuántos hay? Yo, 12. Él se sonríe elogiando mi precisión y se excusa, Si no llegara tarde al trabajo, te invitaría a desayunar; y yo remato, Y yo ya me bajo... lástima. El se despide con un tal vez la próxima, y yo le respondo tal vez, y me bajo luego de comprobar que no todo es tan malo en los bondis.

1 comentario:

  1. tiernitísimo :) (también sonrío por aquí... no es solo llanto :))

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