La
lucha contra el estado ovárico es una batalla perdida. Estoy
ovárica, sí, ¿y? No me digan, no quiero que me digan que no son
los ovarios sino el cuello del útero porque me da exactamente igual,
sea lo que fuere me cansa de manera sobrenatural. Y lo peor, lo peor
es darse cuenta de que ante el desgano, el instinto suicida y la
congoja que empieza a tomar todo el tórax, una no puede hacer nada.
Es así, el periodo se avecina y debo afrontar estoicamente esta
ánima fofa que insiste en enterrarme en los suburbios de la
feminidad. Estoy mirando una película re pedorra, él la mira y le
dice: “Crucé
océanos para encontrarte”,
y ¡zas! se asoma la lágrima preciclo. Me voy a dormir a la noche,
apoyo la cabeza en la almohada y me sobreviene una angustia que
empieza a pucherear, luego la lágrima loca rueda en la sábana y ya
abro las compuertas y me arrojo al llanto más falto de motivo que
existe. Pienso en la monotonía de mi vida: llanto. Veo un perro
dormir en la puerta de un cajero: llanto. Pasa una vieja con andador:
llanto. Se rompe la persiana hija de mil putas: llanto. La gata me
tira un zarpazo y me hace fu: llanto. Quiero sacar el frasco de
berenjenas en escabeche que está al fondo de la heladera y se
estrella contra el piso: llanto. Se me va un 132, corro al que viene
atrás y que acaba de estacionar, corro corro corro, arranca
despacio, corro, me agarro del pasamanos, arranca fuerte y me cierra
la puerta en las mismísimas narices: llanto. Pensar que hace tiempo
atrás esto no me pasaba, el ciclo venía, se quedaba unos días, se
retiraba y eso era todo. En fin... sea ultrafina, con alas, normal,
súper o nocturna, voy pateando mi salud anímica hasta que la
naturaleza lo decida.
El problema es que Dios le dijo a Eva que pariría a sus hijos con dolor. Vos no estás haciendo las cosas de la manera correcta (!?) y es por eso que menstruás así de seguido.
ResponderEliminarHumor, humor...