Resulta
que unos amigos me invitan a su casa a comer. Llego y cuando asomo en
la cocina veo dos ojos relucientes que me miran con determinación.
Es un pedazo de gato acodado en la ventana que da a la terraza del
lugar. Es una de las imágenes de mascotas más extrañas que he
visto in situ. Es una cocina con un gato asomado en el ventiluz. En
lugar de un Maneki Neko hay un gato matrero. Desde allí, él espera
su comida y la comparte con sus dos compañeros que son más ariscos.
La historia es que estos tres muchachos fueron abandonados por su
familia humana y mis compasivos amigos los han adoptado, y el señor
gato muy educadamente ha comprendido de límites. A partir de aquí
mi cerebro me obliga a trazar el recorrido que involucra a muchos
amigos que han tenido mascotas con actitudes desconcertantes.
Recuerdo a unos que hace varios años tenían un pájaro negro en una
jaulota dentro del comedor. Never more. Dicho ave pasaba más tiempo fuera que
encerrado. Lo extraño era que el bicho se posaba en la cabeza de
cualquiera que estuviera allí. Bah, de cualquiera no, en mi
cabellera no se detenía, a mí me pasaba de largo. Era muy gracioso
estar sentados a la mesa comiendo, conversando y ver al tipo que iba
de bocha en bocha, se paraba, mironeaba para todos lados, así
tranquilo. Raro. Luego, una amiga cuyos animales (todos) fueron, son
y serán particulares. Desde gatos tira moco, hasta gallos
compadritos. El bronce se lo lleva su tortuga, porque se había hecho
íntima amiga de la pata que andaba por el jardín. El dato de color
es que la pata se acostaba sobre una raíz enorme que sobresalía del
palo borracho, y ahí se quedaba por horas y horas, luego de un rato
se escuchaba ruido de hojas y movimiento, y por ahí asomaba la
tortuga que encaraba para el árbol. Rapidita rapidita, con mucho
esfuerzo se subía a la misma raíz, juntito a la pata y ahí se
quedaba la tortuga, mirando la tarde en compañía. Ninguno de estos
X-Files tiene un registro más que la memoria de los que hemos sido
testigos, sin embargo, los tiempos que corren han facilitado tener
cámaras hasta en los coladores de fideos, así es como
mi amiga me envía esta foto por correo, y en el asunto escribe lo
que aquí fue elevado a la categoría de título.
No hay comentarios:
Publicar un comentario